La Salada es conocida como el mercado central de la indumentaria en Argentina. Ubicado en Ingeniero Budge, Lomas de Zamora, a solo un kilómetro de la Ciudad de Buenos Aires, este lugar se ha convertido en un shopping de ropa de bajo costo que viste a gran parte del país.
La razón principal por la cual La Salada ha perdurado tanto tiempo y se ha convertido en un fenómeno tan popular es porque la mayor parte de las familias de las clases populares o medias argentinas no pueden afrontar los precios de la ropa producida legalmente. Es por ello que miles de talleristas informales de indumentaria llevan sus productos a vender en La Salada y otros miles, provenientes de todos los rincones del país, llegan para comprar y revender.
El fenómeno de La Salada y su relación con la política
No se puede hablar de La Salada sin mencionar su estrecha relación con la política. A lo largo de los años, distintos políticos, desde intendentes hasta presidentes, han financiado sus campañas y carreras políticas gracias a Jorge Castillo, el líder de La Salada, y a la economía que él representa. Todos los partidos políticos, sin importar su afiliación, han visitado las instalaciones de La Salada y han dejado que este mercado se convierta en lo que es a cambio de votos y dinero.
Los partidos gobernantes, tanto a nivel municipal como provincial y nacional, han renunciado a su obligación de normalizar y formalizar la economía de La Salada a cambio de que este genere puestos de trabajo informales, desaliente protestas y permita el acceso a la ropa a millones de personas.
Además de la influencia política, la policía bonaerense ha sido también socia de Jorge Castillo durante los últimos veinte años. Han sido las fuerzas de seguridad las que, hasta hace poco, se dedicaban a coimear tanto a compradores como a fabricantes de ropa, promoviendo la recaudación ilegal de dinero que luego terminaba en manos de inspectores, comisarios y dirigentes políticos.
El papel del Estado en La Salada
La presencia ilegal del Estado municipal y de las fuerzas policiales es fundamental para entender lo que sucede en La Salada. El orden instaurado dentro de este mercado es la contracara del comportamiento de inspectores municipales, policías y dirigentes políticos, quienes están más interesados en retribuciones económicas que en hacer cumplir reglamentos y respetar derechos.
Venta de rata por caniche toy en la salada: lo que debes saberEn La Salada, se pueden encontrar negocios policiales, mesas de juego controladas por comisarios y grupos de mecheras que trabajan con guardaespaldas y roban para policías. Además, inspectores y policías ceden la instalación de estructuras metálicas a barrabravas a cambio de una porción de los alquileres.
Esta lógica que ha instaurado el Estado en La Salada y sus alrededores, de liberar zonas a cambio de una porción del dinero recaudado ilegalmente, ha generado una invitación constante a cometer delitos y una formación de bandas que se asocian al Estado para delinquir.
La importancia de La Salada para la economía y la sociedad
A pesar de todos los problemas y la ilegalidad que rodea a La Salada, es importante reconocer su importancia para la economía y la sociedad. Este mercado permite que miles de personas tengan acceso a ropa de bajo costo, algo que no podrían hacer si tuvieran que comprar productos producidos legalmente.
Cerrar La Salada podría ser perjudicial para millones de personas que dependen de este mercado para vestirse. Sin embargo, también es necesario impulsar un debate acerca de cómo transformar la economía que lidera La Salada, para que se pueda funcionar de manera legal y sin tanta corrupción.
La Salada es mucho más que un simple mercado de ropa. Es un fenómeno social y económico que refleja la realidad de Argentina y su relación con la ilegalidad y la corrupción. Para entenderlo en su totalidad, es necesario analizar su relación con la política, la policía y el Estado, así como su importancia para la sociedad.
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